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NOTA: NO VEAN LAS IMÁGENES SIN LEER EL PÁRRAFO PREVIO; se arruinarían la sorpresa de cada uno 😀

Saludos! Hace unas horas estuve pensando que existían algunos dolores que pueden ser bastante desesperantes en la vida de cualquier ser humano. Hay enfermedades crónicas que producen dolor, sí, como el cáncer o los cálculos; pero esos dolores que provienen de actividades más cotidianas llegan a ser molestos y, al menos creo yo, que todos hemos tenido esas desesperaciones que no nos dejan vivir en paz si no les hacemos caso. A continuación, ordenados de menor a mayor intensidad [desde mi punto de vista], los citaré.

El primero tiene que ser el dolor del terror, ese que da cuando por alguna razón desconocida se levantan los pellejitos que hay entre el dedo y la uña. Un pedacito de piel que al mínimo movimiento reacciona con un ardor desesperante y alarmante. A veces no se sabe si debe dejarse ahí o cortarse, porque si se corta puede quedar pequeño e imposible de quitar, lastimando eternamente hasta que crece un poco más. La otra opción es arrancarlo, pero casi siempre lleva consigo un pedazo más largo de piel que arde bastante… No hay cura contra ese mal!

Ni siquiera un curita puede salvarnos! chan, chan, chaaaan!

Después viene el dolor de la victoria, el dolor muscular que da cuando hacemos ejercicio después de un largo tiempo de no hacer nada. Aunque puede darnos algo de placer masoquista, siempre está ahí para recordarnos nuestra pésima condición y cada que intentamos pararnos o mover el músculo aparece, limitando nuestras actividades. He oído que las pastillas como el Alka-Seltzer podrían funcionar para evitar ese dolor; pero quienes lo han sentido saben que no se quita si no con más ejercicio…!

Oh sí, me duele, me siento poderoso!

En tercer lugar está el dolor de los friolentos que aparece cada vez que hace mucho frío y viento y no nos tapamos adecuadamente. Generalmente ocurre en los brazos y en las piernas y… ah sí! es en los huesos… Este dolor no te evita moverte o hacer tus actividades, es simplemente una especie de espíritu presente en alguna extremidad que no te deja ser feliz durante todo el día. Sólo un buen analgésico quita eso y por lástima, tardará mucho en desaparecer.

No hay consuelo para esto...

La cuarta posición le corresponde al dolor de los dormilones. ¿Te has despertado alguna vez, después de dar vueltas en la cama como loco o haber dormido en el sillón? Quienes conocen la tortícolis, dirán que sí. Dan ganas de usar collarín en esas veces que no podemos ni voltear a ver al prójimo porque nos ataca ese dolor perpetuo que, además, no se quita ni con pastillas ni masaje ni brujería; se quita con tiempo, qué pena!

Otras causas del dolor de los dormilones: posesión

Uno de mis favoritos, el dolor de los enloquecidos, es el que le sigue. Cuando nos obsesionamos con terminar un videojuego, cuando hemos visto películas durante todo el fin de semana comiendo comida chatarra sin siquiera movernos del sillón más que para cambiar la película… el dolor de cabeza. Después de un examen, por un golpe, viene en varias presentaciones y el efecto es siempre muy agobiante. Este dolor se quita con analgésicos, pero tarda bastante, además te impide vivir feliz y realizar cualquier actividad; es una sensación terrible que permanece por un tiempo que se nos hace eterno…

Lo sé, así se siente...

Sexto puesto, el penúltimo: el dolor de los tragones. El nombre lo deja más que claro. Después de comer tacos y pizza en todo el día, de no habernos desparasitado por más de un año o seis meses o por haber comido algo que nos hace daño; es normal que aparezca ese temible dolor de estómago. Tal como el dolor de cabeza, impide vivir; pero también nos hace retorcernos en el sillón, la cama y, bueno…. encima nos deja esa incertidumbre del pasar o no al baño…

Lo siento niño, el baño está ocupado

Finalmente… ¿cuál crees que es el dolor más catastrófico que existe? A que no me adivinas el pensamiento… comenta a ver si le atinas. En una semana publicaré ese temible dolor que unos tienen y otros tienen más pero del que [casi] nadie se salva; el dolor de la muerte. Espero que hayas disfrutado la entrada, comenta tu opinión y en una semana publicaré ese último dolor! Disfruta la vida!

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Y ahora sí, les presento al dolor de la muerte. Si bien puede dar en cualquier diente, da en las muelas! Cualquiera con una caries o al que le esté saliendo la muela del juicio sabrá que el dolor de las muelas simplemente te impide ser siendo humano; te vuelve un adefesio que no puede dejar de apretar la cara, que no se alimenta, no duerme y además nos dicen que se quita con el ajo… nos volvemos vampiros!

Cuidado! Le duele la muela, es vampiresa... no te le acerques porque te chupa!! hahahaha

Cuál de los Siete dolores del apocalipsis has enfrentado?, cuéntame! Ya termino con esta entrada y pronto publicaré otra! Hasta pronto, disfruta la vida (de nuevo) 😉