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La diferencia de potencial de la batería es tan grande como mi desempeño

Wah… en la mañana, casi al final de la primera clase recibí un par de hojas llenos de números, letras y flechitas con un número en rojo encerrado en un círculo que no marcaba sino mi perdición. La verdad estoy exagerando bastante el asunto, pero es que… no puedo superarlo… No es que nunca haya sacado calificaciones bajas o que nunca haya reprobado un mugroso examen (si reprobé un examen teórico de educación física… caray!); pero aún recuerdo mi sensación tras el examen… mis comentarios…

«Aaaahhh! ¡qué examen más aburrido! fue desesperante tardarme las dos horas de clase en responderlo y sólo porque estaba largo, porque en realidad era bastaaante fácil…!»

Bla bla bla, habladuría y más palabrería. La verdad lo sentí fácil… estaba fácil. Salí mal porque tuve errores pequeños. Hubo un tema que no entendí del todo, pero creí haber captado por lo que puso el maestro en clase (sin embargo, era perfectamente capaz de razonar la verdadera solución, sin embargo…) y cuando llegó el problema, apliqué el formulazo! Resultado: 7 ejercicios erróneos. También tuve errores a la hora de aplicar las fórmulas (ya sin hacer formulazo, sino con el análisis y todo eso); mi análisis fue erróneo y no hay más… Resultado: 4 ejercicios erróneos.

Así es... salí mal

En adelante, tuve varias respuestas incompletas, otras dudosas y las que tuve bien no tenían un valor notorio sobre el valor final del examen. Qué tristeza, saqué 3.7 en el examen que critiqué por aburrido, tedioso y fácil. Eso fue lo que me espantó tanto, aún estoy bastante ansioso y estresado; me ha surgido bastante miedo a la materia; miedo a no entenderla, a reprobarla… En fin, son varias situaciones que me asustan bastante, sin embargo; sé que tengo que hacer que pase.

Muchas cosas me puedo recetar para calmarme, pero no encuentro el medicamento en ninguna parte… Debería relajarme, es el primer parcial y he aprendido bastante de él; segundo, estudiar más… Y aquí aparece lo que terminó de fregarme… El tema que explicó justo en esta clase fue bizarro, fue… fue… fue un malviaje del maestro… Tengo que entregar el jueves una tarea de eso y no tengo una gran idea de cómo; traté de imaginarlo y bueno, eso sí lo puedo hacer (la geometría no es difícil en realidad), pero cuando llega la hora de analizarlo (convertir flechitas en números y letras) todo se vuelve muy confuso para mí.

Mi consuelo: La pantalla de este dispositivo mide menos pulgadas que mi resultado en el examen!... Yes!!

En fin, ya te estaré contando como me fue después, espero que bien, recursar una materia en segundo semestre me deprimiría bastante… si tan sólo un mal examen me puso de rodillas; recursar un materia me va a azotar la cara contra el piso! Deséame ánimo por favor! xD Mis enemigos ya comienzan a atacarme… u.u

Esta revista fue creada por mi archirrival como una gran venganza debido a la paliza que le dí con mi Pikachu!!

¡Doooonaaas!

Una de esas situaciones que pueden agobiar a cualquier persona desde la infancia es la necesidad obsesiva de comer. De muchas personas con esta situación me he enterado, pero de ninguna que lo haya resuelto, es más, de ninguna que supiera siquiera el origen real de este desorden alimenticio. Los comedores compulsivos son portadores de una gula tremenda que se dirige a la ingestión de alimentos. Las causas, son múltiples, pero de acuerdo con lo que he recabado aquí y allá, podría sugerir unas cuantas causas.

La primera sería la herencia. Por supuesto, que lo primero que se presenta en el individuo, incluso desde antes de nacer, es la adquisición de características de los padres, sea por genética, imitación, etc. Ciertos niños tienen mayores tendencias a volverse adictos a lo que sea, en este caso, a ser comedores compulsivos; todo esto cuando los padres tuvieron vicios similares.

Después estaría la que considero como la causa más determinante: la aparición de traumas. Sobre todo en la infancia pueden surgir ciertas situaciones que provoquen desorientaciones bastante fuertes; tal como una violación puede producir homosexualidad y demás, la falta de afecto, relaciones interpersonales y demostraciones de amor pueden generar la alimentación obsesiva… ¿Por qué?

Cuando un niño no recibe amor, está careciendo de la adquisición de un bien; es decir, no está recibiendo algo que necesita obtener y poseer. Si el infante no obtiene lo que necesita, aparece la sensación de vacío, pues algo que está hecho para llenarse y no se le agrega nada, está vacío. Así, el espíritu del niño necesitará rellenar esa ausencia de afecto. Cuando comemos, nos llenamos el vacío del estómago, nos sentimos satisfechos y complacidos. Teniendo estas dos situaciones, lo más probable es que el subconsciente del niño se confunda y las mezcle, haciéndole creer que necesita alimentarse una y otra vez para saciar el vacío que ha dejado la falta de afecto.

Más allá de la falta de afecto, está la inseguridad. Ambas se relacionan, pues alguien que no recibió amor, es alguien que no sabe amarse. Teniendo falta de confianza en uno mismo, un individuo puede sentirse desprotegido, pequeño, frágil. Una forma de hacer frente a esto, es comiendo. Cuando la persona ingiere alimentos, se siente llena, crece de tamaño, deja de ser pequeña y débil para volverse sólida y grande. Es otro error que comete, probablemente, el subconsciente.

Por otro lado estarían las causas más generalizadas, es decir, las que aplican a la mayoría de los vicios y que podrían haber causado, con una muy baja probabilidad, este problema. Por ejemplo el mal aprendizaje. Existen aún familias que educan a sus hijos de tal manera que coman más de lo necesario para que luzcan sanos; por alguna extraña razón si una persona es delgada, está desnutrida, mientras que una persona incluso con sobrepeso, está bien alimentada. Es uno de esos grandes errores que cometen los padres en la educación de los hijos. También podría ser el gusto por la comida, el goce por saborear una gran cantidad de alimentos, siendo tan insano tal gusto, que se pueda desbordar y ocasionar un problema (algo en lo que no confiaría mucho, no creo que una obsesión tan fuerte pueda surgir de una situación tan sencilla y banal).

Con esto he cubierto una diminuta porción de un problema gigantesco que afecta a muchísima gente en el mundo. Quizá publique una o dos entradas más sobre esto, pues no es suficiente con conocer un poco sobre el posible origen de estos problemas, siempre hace falta algo de moralidad y soporte. Si quieres contarme al respecto puedes hacerlo, mi cuenta de correo electrónico está siempre abierta para recibir comentarios, dudas, sugerencias, anécdotas, peticiones, etc.: gibalgo@gmail.com. Si gustas compartir algo y no te da pena, puedes hacerlo en esta misma página, incluso de manera anónima; muchas veces la opinión de uno le sirve a miles. Gracias por haber leído y espero que haya sido de utilidad e interés, disfruta de la vida! Hasta pronto…!